Esperando a Emma

Recuerdo del primer mensaje :

Se había despertado a las nueve. Después de desayunar se había puesto unos vaqueros con unas zapatillas de lona negras, camiseta gris con una sudadera cerrada azul marino (conclusión su firma xD) mas una chaqueta. Una vez listo se quedó pensando si era una buena idea quedar con Emma. Lo primero que decidió era dejar sus armas, ese día se comportaría como un humano cualquiera. Cogió dinero suficiente y cuando faltaba media ahora para las once salió de hotel rumbo a Piccadilly Circus.

-Háblame de ti.- pidió con una leve sonrisa. Quería conocer todo de Emma, por alguna razón que desconocía quería saberlo.

-Mmm... Bueno... Nací en París hace 17 años, bajo una família de humanos, que formaron parte de C.A.O.S desde que se creó. Soy hija única. Creo que eso lo más importante...-Dije pensativa. -Tú turno.-Dije con una sonrisa,

Escuchó con atención lo que le dijo, grabándoseo en su cabeza.
Hizo una mueca al escuchar que le tocaba a él hablar.
-Nací en Oviedo, España hace 18 años, el siete de noviembre. Soy hijo de nones, los cuales trabajaban... en C.A.O.S. Me entenaron para formar parte de la organización...-no pudo terminar, el recuerdo de sus padres se le vino a la cabeza, junto con la escena de día de su muerte.
Se puse en pie de manera automática. No podía seguir hablando, esos recuerdos le causaban un gran dolor, y aun más sabiendo la razón por la muerte de sus padres.
-Voy...voy al baño.- tas decir eso se fue casi corriendo al baño masculino. Necesitaba estar solo, no quería que ella le viera en ese estado.
Entró y cerró la puerta detrás de él. No había nadie más allí, se apoyó en la puerta y se dejó caer, quedando sentado en el suelo y apoyado en la puerta.

Esuché con atención lo que dijo, hasta que se levantó. Me quedé sorprendida, pero no dije nada. Vi como se alejaba para ir al baño. Bajé la vista, mirando en plato vacío. En ese momento me sentía culpable, No debía haberle preguntado. Había sido todo por mi culpa. Por una parte pensé que sería mejor ir a preguntarle que le pasaba, pero por otra, que era mejor dejar pasar el tema. No quería verlo en ese estado. No sabía porqué, pero algo me impedía verlo de esa manera.
Trajeron las bebidas y dijeron algo. Asentí sin más sin enterarme de lo que me decían, ya que estaba sumergida en mis pensamientos, sintiendome culpable,

Escondió su cabeza entre las piernas. Después de tanto tiempo en ese momento necesitaba a lguien a su lado. Se puso en pie y caminó hasta los lavavos, abrió el grifo y se mojó la cara. Intentaba que esos recuerdos desaparecieran de una vez.. Se miró al espejo y tuvo unas ganas de irse corriendo de allí, pero no podía dejar a Emma allí sola.

Seguí sumergida en mis pensamientos. Miré varias veces si Isaac aparecia, pero en ninguna de las veces se dignaba a salir. Quizás se había ido. Sacudí la cabeza. No quería pensar en eso. No quería pensar que se había ido, que me había dejado. Sabía que sentía algo, pero no quería aceptarlo.
Comencé a preocuparme cada vez más.

Se mojó de nuevo la cara y apoyó sus manos en e lavavo, bajo la cabeza y cerró los ojos.

Me comencé a impacientar, pues todavía no salía. Ya habían traido la comida. Otra vez, el mismo pensamiento volvió a cruzarse por mi mente. Al final, me levanté y me dirigí al lavabo de hombres. Piqué a la puerta.
-¿Isaac?-Pregunté preocupada.

Escuchó la voz de Emma al otro lado de la puerta. En un principio pensó en no responderle, pero finalmente le habló.
-¿Si? -su voz sonaba triste y quebrada. Se quedó apoyado en el lavavo sin levantar la cabeza ni abrir los ojos.

-¿E... estas bien?-Pregunté aun más preocupada al oir su voz. Como me gustaría entra, pero claro, era el baño de hombres, y no podía entrar.

-Sí.- mintió y alzó la cabeza. Respiró hondo y fue hasta la puerta. Tenia que fingir que no ocurría nada. No quería ocasionarle lástima. Cogió uerzas y abrió la puerta despacio.

Esperé a que abriera la puerta. Una vez abierta lo miré a los ojos. Noté que le pasaba algo y me entraron ganas de abrazarlo y que me explicara lo sucedido, pero no lo hice, ya que estaba confusa. No sabía si era lo apropiado. ¿Debía abrazarlo o simplemente dejarlo pasar?
No dejé de mirarlo sin sabes que hacer. Quería preguntarle algo, pero no sabía como sería su reacción. Realmente estaba preocupada por él, incluso llegué a pensar que nunca me había preocupado tanto por una persona.

Isaac se agachó y abrazo a Emma, realmente lo necesitaba , y sin pedirle permiso si quiera la abrazó. Cerró los ojos y aspiró el aroma de ella. Sintió una gran paz al abrazarla, como si ella espantara todos sus malos recuerdas, y por primera vez después de tanto tiempo no sintió miedo a estar con alguien.

Parecía que me hubiera leído la mente. Correspondí a su abrazo a la vez que cerraba los ojos y esbozaba una pequeña sonrisa.

No supo cuanto tiempo pasó y sinceramente le daba igual. Sólo quería que alguien le abrazara, que le protegiera, y en ese momento Emma era la adecuada, y por ello se lo agradecía enormemente. Abrió los ojos sin deshacer el abrazo susurró cerca de su oído un gracias.

-No es nada.-Dije al igual que el. No me importaba abrazar a nadie que conocia y menos a personas a las que le habia cogido afecto, y ese era el caso de Isaac, aunque probablemente seria algo mas.

Se separó lentamente de ella.
-Siento haberme ido así...-se disculpó con el mismo tono de antes.

-No, si te entiendo...-Dije intentandolo entender.

Ella no lo entiendía, por mucho que dijera que sí, y él lo sabía. Ne nuevo se agachó y la abrazó. Necesitaba desahogarse.

Me volvi a dejar abrazar.
-Puedes contarme lo que sea...-Volvi a susurrarle.

-Algún día, si seguimos viéndonos te contaré todo.- dijo en el mismo tono que ella.

Asenti, con esperanzas de volver a verlo, aunque solo fuera una vez.

Me separé de ella.
-¿Qué te parece si vamos a terminar de comer? -preguntó con una media sonrisa, ya en mejor estado.

-Uy, si... Creo que si no como pronto me desmayare.-Bromee, aunque una vez me paso eso. Volvi a la mesa, y me sente donde antes. La comida estaba templada, casi fria, ya que habia pasado un rato desde que lo trajeron.

Caminó detrás de ella y se sentó en la mesa.
-Abrá que calentarlo.- esbozó una sonrisa pícara y miró a sus lados. Cuando nadie les prestaba atención y los camareros no estaban cerca estiró la mano produciendo en esta calor y calentó la comida.