Der Himmel über Berlin

Llevaba unas cinco horas con la mente en blanco, incluso había conseguido dormir un rato, cosa bastante sorprendente.
Abrí los ojos lentamente, desperezándome, me incorporé lentamente, sintiéndome culpable por mentirle a Lucas, por no decirle lo que era. En realidad debería apartarle de mi lado, pero me sentía incapaz, habría sido como arrancarme parte de mi corazón. Me senté en el borde de la cama y me quedé observándole con expresión indescifrable.
Finalmente me incorporé y fui sigilosamente hasta mi mochila, la cogí y me encerré en el baño. Abrí la mochila y saqué una botella de True Blood, la destapé y comencé a beber ávidamente, terminándomela. Suspiré satisfecha. Guardé la botella vacía en la mochila; cerré la cremayera, me lavé la cara, por si quedaba algún rastro de sangre y salí del baño.
Dejé la mochila al lado de la única mesita de noche, encajonada entre la mesita y el armario y volví a la cama, sentándome, apoyando la espalda y la cabeza en el cabezero de la cama.

Me desperté al poco de ella, frotándome los ojos.
- Buenas... - BOstecé.

Le estaba observando fijamente cuando se despertó.-Buenos días Lucas.-Dije sonriendo involuntariamente. Había sido como una sonrisa perdida y un poco tonta, a la vez que cargada de dulzura. No me percaté de ello.

Miro su sonrisa ida, y al ver su dulzura me sonrojo levemente.
- ¿Que te has fumao que no compartes...? - Bromeo.

Tras verle sonrojado y la pregunta me di cuenta de mi expresión, me sonrojé al igual que él.-Yo...es-t-o, nadaaa...-Sacudí la cabeza, intentando hacer desaparecer el color rosaceo de mis mejillas.

- Mentira. Dame toda la coca, egoista. - La miro mal de broma y suelto una risotada. Me levanto y me pongo la camiseta. - ¿Lista para seguir nuestra travesía, señorita?

-Yo no me chuto nada.-Digo muy seria, fingiendo enfado, después me río con él.-Claro, pero deja que antes me vista, ¿vale? No creo que ir en camisón sea muy conveniente.-Comente cogiéndome el borde del camisón y levantándolo hasta la mitad del muslo riéndome.

Me sonrojo instantaneamente al verla.
- Esto... yo... te espero fuera. - Y salgo.

Reí suavemente y libre de tener que ir al baño a cambiarme, abrí la mochila y me vestí y me desvestí en la habitación. Me pusé una camiseta de manga corta, blanca, por encima del hombligo, una chaqueta de cuero negra, unos pantalones de pitillo y unas botas negras. Guardé la ropa de dormir en la mochila pulcramente doblada y salí, cerrando con llave.

-Vamos, Don Tímido.-Comenté risueña. Deposité un beso en su mejilla.

- Esque como quieres que reaccione... - Murmuro enfurruñándome a lo niño pequeño. Lo normal era que me diera vergüenza. Cargué mi mochila al hombro y me dispuse a bajar las escaleras.

-Como un chico al que le gustan las chicas.-Murmuré sonrojándome idiotamente.-Qué frase más tonta...-Comenté sacudiendo la cabeza.

- Bueno, siempre podría ser gay. - Respondí recuperando mi buen humor.

-No, por favor...-Dije fingiendo horror y después hechándome a reir.

- Jo chicaaaaa - Dije haciéndome la maricona loca. - Vamos a ver boys, honey!!

-No bromees con eso en serio...-Dije quejicosa aunque sonriente, le abracé con fuerza.-Yo no quiero ver "boys", sugar.-Dije sonriente.

Me reí le revolví el pelo, mientras seguía caminando.

Me sonrojé... ¿pero qué me pasaba? me pregunté a mi misma, nunca me había pasado eso... Suspiré y le miré de reojo mientras caminábamos.

Veo que se sonroja y ladeo la cabeza.
- ¿Estás bien?

-Sí, sí.-Tartamudeé.-Bueno... no sé... aunque me siento ridícula...-Comenté riendo nerviosamente.

Salimos por la puerta del hotel mientras hablabamos.
- ¿Por? - Pregunto, un poco descolocado.

-No sé si contártelo, no estoy tampoco del todo convencida de mi misma y temo que si te lo cuento, salgas huyendo.-Murmuré.

- ¿Salir huyendo? ¿Esque eres un travesti o algo así? - Respondo con guasa para aliviar la tensión de ella.

Reí dulcemente.-No, no es eso...si no no me gus...-Me callé antes de terminar la frase sonrojándome.

Ladeé de nuevo la cabeza sin entenderla (cortito el chaval XD)
- ¿Mhm?

Me armé de valor y me acerqué a sus labios, rozándolos suavemente.-Esto...-Dijo casi incapaz de decir nada más, a la espera de que saliese corriendo.