Sobre el puente de la Santa Trinidad.

La noche era perfecta. Las estrellas brillaban en el cielo junto a la luna llena que esa noche había. Muy poca gente paseaba por las calles de la ciudad de Florencia, por no decir que apenas había gente, lo único que se movía por allí eran parejas, gatos e Isaac.

E reloj que había sobre una esquina marcaban las diez de la noche. No hacía frío por lo que vestía con unos vaqueros, unas zapatillas de lona, una camiseta y encima una sudadera.
Después de Alemania había decidido ir a Italia, exactamente a Florencia. Su jefe le había dado solo tres días más de vacaciones por lo que las terminaría allí. Esa noche había salido a pasear por las calles aprovechando la buena noche que hacía, y en esos momentos se encontraba el puente de la Santa Trinidad sobre el río Arno.

-¡Cogerle! ¡Cogerle!-gritaba mientras atravesaba las calles de Florencia.

De un tirón, un chaval de unos 19 años me había quitado la mochila.
Casi lo tenía alcanzado, pero entre los coches y peatones me estaba quedando atrás.

off: ya me inventaré más cosas que no sabía como tropezarme contigo. xDD

Isaac se giró al oír tremendo escándalo. Lo primero que vio era a un chico corriendo con una mochila, al parecer no era suya, pues la verdadera dueña iba tras él, aun que Isaac no la había visto.
El chico corría hacia donde me encontraba yo, era humano, podía saberlo por su contextura. Cuando llegó a mi lado estiré mi brazo y le quité la mochila sin dificultad. El joven se limitó a mirarme y luego se fue corriendo calle abajo, tal vez de miedo por mi exagerada contextura o bien por ser none.
Me quedé sobre el puente con la mochila, esperando a la verdadera dueña de aquello.

Isaac se quedó sorprendido de ver a Ariel ahí, en Florencia.
-¿Qué haces aquí? -fue lo único que consiguió decir.

No la había visto desde que se conocieron en Moscú, después de eso se había ido a la base, y luego a Alemania.
-Sí, soy yo.- dijo en una media sonrisa.- ¿Pero tú qué haces aquí?

Al principio se quedó de piedra cuando Aries le abrazó, luego simplemente correspondió con delicadeza.
Durante el tiempo que no la había visto la había echado de menos.

Esbozó una media sonrisa.
-¿Cómo estás? -preguntó aun sin salir del trance del abrazo.

-No fue nada.- respondió.- Disfrutando de mis últimos días de vacaciones, y solo me quedaré dos días.

Se dejó llevar mientras asimilaba lo que había pasado en esos minutos.

Se sentó en la mesa, enfrente de Aries.
-Lo mismo digo.- dije medio sonriendo.- Las casualidades existen.

Asentí y miré su cara. Estaba más mayor, se notaba. Trajeron las bebidas.

off: cuando terminemos la otra pongo aquí algo qe si no no se de que hblar. xD

Cogió su bebida y dio un trago sin decir nada. Sólo con la mirada perdida.

En su rostro se dibujó una mueca al recibir la patada.
-Sí, solo algo cansado.- explicó con voz ronca.

-Me alojo en un hotel de centro de la ciudad.- explicó.- Y no hace falta que me acompañes. No quiero molestarte. - añadió luego con una leve sonrisa.