Sobre el puente de la Santa Trinidad.

Recuerdo del primer mensaje :

La noche era perfecta. Las estrellas brillaban en el cielo junto a la luna llena que esa noche había. Muy poca gente paseaba por las calles de la ciudad de Florencia, por no decir que apenas había gente, lo único que se movía por allí eran parejas, gatos e Isaac.

E reloj que había sobre una esquina marcaban las diez de la noche. No hacía frío por lo que vestía con unos vaqueros, unas zapatillas de lona, una camiseta y encima una sudadera.
Después de Alemania había decidido ir a Italia, exactamente a Florencia. Su jefe le había dado solo tres días más de vacaciones por lo que las terminaría allí. Esa noche había salido a pasear por las calles aprovechando la buena noche que hacía, y en esos momentos se encontraba el puente de la Santa Trinidad sobre el río Arno.

un montón de agentes vestidos de negro entraban en el edificio.

Los de Matrix xD



Asintió y corrió con ella hasta la ventana. Una vez allí se subió sobre esta y empezó a descender.
- ¿Pido refuerzos? -preguntó mientras bajaba. Sabía que los nones la buscaban por lo que al principio dudó en preguntárselo.
Había pensado en dejar su espada en el hotel donde se hospedaba, pero al final se la trajo, la cual había sido una buena elección.

Dio un salto y cayó sobre el césped.
-Tienes razón.- dijo finalmente después de estudiarlo.- Hay que salir de aquí rápido.- dijo luego al oír como los hombres de antes entraban en la posada.

No la culpaba por la situación en lo más mínimo.
-Descuida. -dije esbozando una media sonrisa.- Ahora salgamos de aquí antes de que nos vean.

Miró a ambos lados del patio. En una de las paredes descubrió una pequeña salida.
-Sígueme.- fue casi corriendo hacia la pared, donde un agujero de tamaño medio se hallaba. - Saldemros por allí, al otro lado hay un callejón.- informo. Lo malo era que por aquel agujero solo entraba ella.

-Ya me las arreglaré. Tu entra ahí ahora mismo.- le ordenó mientras él sacaba su espada.- Nos vemos al otro lado.

Se giró y la miró.
-Si no cruzas por ahí nos van a matar alos dos. Así que cruza, confía en mi. Nos encontraremos al otro lado.-

Sonreí.
-Tu también.- se soltó y avanzó por al patio. Se pegó en la pared y esperó a que ella saliera.

Una vez que ella había cruzado el agujero salí del patio.
Tres sicilianos me esperabn afuera, con sus armas en ristre. Me puse en posición listo para luchar.

Un grupo de cinco sicilianos rodearon a Isaac, pero él tenía una ventaja. Sacó su arma y en cuestión de segundos acabó con dos, dejando a los sicilianos sorprendidos.
No esperaron a que Isaac vovliera atacarlas, sino que los tres al mismo tiempo se abalanzaron contra él. Con un movimientos hizo un ligero corte en una de las piernas de un sicialiano llevándose él otro corte en el brazo.

Después de eliminar a otro solo quedó contra dos Sicilianos, habían estado luchando un buen rato y empezaban a cansarse. Isaac tenía varias heridas poco profundas pero muy dolorosas, al igual que los otros dos sicilianos.
A medida que pasaba el tiempo más venían en ayuda de sus dos camaradas, y eran tantos que por un momento Isaac dudó si saldría de esa.

En cuestión de segundos se vio rodeado de casi veinte sicilianos, no habia salida alguna. era el momento de utilizar sus poderes con el fuego y el agua. Poco a poco se acercaban más a él, con un ligero movimiento se formó a su alrededor uas llamas de casi dos metros, la cuales impedian a los sicialianos cruzar. Iba avanzando para salir de allí con ayuda del fuego, los otros retrocedían para no quemarse.
Llegué al muro con el agujero y con la fuerza del agua hice que el muro se derrumbara.

Todo se llenó del polvo del muro y de escombros, varios sicilianos fueron arrollados por estos, quedando sepultados debajo.
En cuanto divisó a Eries Isaac fue hasta ella y la cogió del brazo aprovechando que todos los sicialianos estaban aun sorprendidos por el derrumbamiento del muro. Isaac era muy rápido moviéndose, y eso le ayudó a salir junto con Aries de aquel callejón.